Todas las claves para cuidar una piel con rosácea

La rosácea es una enfermedad común y crónica que afecta el rostro causando rojeces y otras complicaciones. Su difícil tratamiento y la ausencia de conocimiento sobre sus causas exactas hace que sea una verdadera carga para muchos de los que la padecen, pudiendo afectar incluso su estado de ánimo. En theCosmethics vamos a hablaros un poco de esta enfermedad y os daremos algunos consejos para un buen cuidado de las pieles que sufren rosácea, ya que con algunas pautas puede mantenerse bastante controlada.

¿Qué es la rosácea?

La rosácea es una enfermedad cutánea crónica, que cursa de forma continua o con brotes y exacerbaciones. Se produce enrojecimiento de la piel del rostro, pudiendo presentar también hinchazón, granitos, pústulas e incluso infección.

Las personas que la padecen sienten una intensa sensación de quemazón y/o picor.

En muchos casos se asocia también a síntomas oculares como enrojecimiento, picor o sequedad. También se puede ver asociada a acné o seborrea.

No produce enrojecimiento ni quemazón en el cuero cabelludo ni las orejas, ya que es exclusiva del rostro. Por eso en esos casos tenemos que descartar otros problemas.

¿Quién la padece?

Se calcula que unos 45 millones de personas en el mundo padecen rosácea. De todas formas es una cifra que se concentra mucho más en las personas de piel clara.

Afecta 3 veces más a mujeres que a hombres y se suele desarrollar entre los 20 y los 60 años de edad. Se asocia frecuentemente a la menopausia o se ve muy exacerbada por ella. También suele empeorar con la menstruación o el embarazo.

¿Cuál es su causa?

La verdadera causa de la rosácea se desconoce. Aunque se están realizando diferentes estudios que orientan hacia diferentes causas, de momento no existen resultados que apoyen fielmente ninguna hipótesis. Factores genéticos, infecciones bacterianas o factores endocrinos podrían ser algunas de las posibilidades.

Aunque no se conozca la verdadera raíz de este problema, si que existen ciertos factores que empeoran la situación. Las altas temperaturas, el consumo de alcohol, el estrés, determinados alimentos  o la radiación ultravioleta son algunos de los más importantes.

¿Cómo se trata?

Al no conocerse la verdadera causa de la rosácea tampoco existe un tratamiento específico para el problema. Los diferentes recursos médicos aplicados intentan paliar los síntomas de la enfermedad y hacerla más llevadera.

A la hora de tratar y controlar la rosácea el factor más importante es el cuidado individual de la piel y el propio conocimiento del problema. Es fundamental observarse y ver en qué situaciones empeora para poder evitarlas. Si además seguimos ciertos consejos podremos ver bastante mejoría en nuestra piel:

  • Evita la radiación solar directa y protege la piel con un factor alto.

  • Evita el calor excesivo. Escoge momentos frescos del día para practicar ejercicio y evita que éste sea muy intenso. Hidrata tu piel con una bruma o tónico calmante específico para rosácea.

  • Controla  el estrés. El yoga, la meditación o las técnicas de relajación pueden ser de gran ayuda.

  • Evita las duchas y baños muy calientes. Tampoco deberías tomar baños de vapor. Utiliza un limpiador muy suave y calmante.

  • Evita las comidas muy calientes, pesadas o con picante. No consumas alcohol ni cafeína.

  • Cuida mucho tu alimentación. Consume frutas y verduras frescas en abundancia y evita los picos de glucemia causados por comidas demasiado cargadas en hidratos (bollería, snacks, pan, masas…).  Vigila si existe algún alimento que relaciones con la rosácea. Ten especial cuidado con los frutos secos, los quesos madurados, los tomates o el chocolate.

  • No emplees cremas ni otros cosméticos con agentes potencialmente irritantes. El alcohol, ciertos químico o incluso algunos aceites podrían dañar más tu piel. Emplea una crema lo más natural posible y siempre indicada para pieles muy sensibles. Por la noche prueba a utilizar un aceite calmante o un sérum específico para rojeces y rosácea. 

  • Observa y anota las situaciones en las que el problema empeora: estrés, medicamentos, alimentación, etc. Será de gran ayuda en el autocontrol de la enfermedad.

También se pueden emplear tratamientos médicos para su control o para casos más graves. De todas formas estos tratamientos tienen efectos adversos y sólo podrán ser prescritos por un médico. Los antibióticos tópicos u orales en algunos casos mejoran la enfermedad, sobre todo cuando se asocia a acné o presenta pústulas y signos de infección. También puede responder al empleo de anticonceptivos orales o la isotretionina (Roaccutan).

En cambio NO se deben emplear corticoides en el tratamiento médico ya que aunque durante el tratamiento la rosácea remite, después suele verse un empeoramiento del problema que puede ser aún más difícil de tratar. 

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