La clave para mantener una piel saludable y radiante es una doble limpieza diaria cada noche, protección solar y la dosis justa de antioxidantes e hidratación. Cada mañana debes comenzar con una limpieza suave para retirar los excesos de sebo y las impurezas que tu piel ha expulsado durante la noche. A continuación aplica un buen tónico hidratante, un sérum que se ajuste a las necesidades de tu piel, no vale uno cualquiera, y después elige un contorno de ojos y tu hidratante de día.

Si utilizas factor de protección solar recuerda que deben transcurrir 5 minutos entre tu crema de día y la protección. Finalmente, si lo deseas, apórtale un poco de color a tu piel con maquillaje mineral.